Hoy, y sin duda servirá de precedente, volveremos a hablar de nuestro libro "Postpsiquiatría". Como no somos objetivos para valorar sus cualidades, queremos y debemos expresar nuestro agradecimiento a las personas que han tenido la amabilidad de escribir alguna reseña sobre el mismo.
En primer lugar, Mariano Hernández Monsalve, psiquiatra, nos dejó un precioso texto que fue publicado en la página de La Otra Psiquiatría. Lo queremos incluir también en nuestro blog:
Reseña a:
POSPSIQUIATRÍA. Textos para prácticas y teorías postpsiquiátricas
Amaia Vispe, Jose G.-Valdecasas
Para quienes seguimos siendo adeptos al papel, es una magnífica noticia la publicación en formato libro, con papel y pastas, de lo más granado de la producción de esta pareja de profesionales de lo mental (enfermera y psiquiatra) y blogueros de primera que, en mi opinión, seguramente compartida por otros muchos, vienen ofreciendo en su blog lo mejor de las publicaciones psiquiátricas en español en estos últimos años. Y que, además, son los responsables de la introducción entre nosotros del término -Postpsiquiatría / Pospsiquiatría- y de toda la sustancia que contiene esta ¿corriente? de la psiquiatría en los comienzos del siglo XXI.
Subtitulan los autores esta publicación como una colección de “textos para prácticas y teorías postpsiquiátricas”. Son esos textos un destilado de reflexiones bien argumentadas y sustentadas en un magnífico fondo documental, sobre los aspectos críticos de nuestras disciplinas, de la psiquiatría y aquellas otras disciplinas emparentadas con quienes compartimos escenarios clínicos, asistenciales y teóricos, tales como la psicología clínica, la enfermería de la salud mental, el trabajo social, la terapia ocupacional… La postpsiquiatría que nos proponen Amaia y Jose es resultado de un excelente trabajo de elaboración reflexiva, sobre los aspectos más controvertidos de nuestras teorías y nuestras prácticas, sus fundamentos científicos y éticos; de su impacto y su función social. En cualquier caso, ellos mismo se encargan de ponernos muy bien al día de las raíces, los elementos definitorios, y de sus límites difusos, trayendo a colación el documento fundacional de esta corriente (de Bracken y Thomas, 2001), y el segundo documento (artículo coral publicado, como el anterior, en el British J of Psychiatry, en 2010) en que se afianzan sus perspectivas (aun cuando no se mencione en este caso el término de postpsiquiatría) de un grupo relevante por sus aportaciones desde la psiquiatría crítica (muy aconsejable seguirles en critical-psychiatry.network) en el que, junto a los anteriores están Timimi, Moncrief, Summerfield… bien conocidos por los seguidores de “la madrileña” de la AEN. El grupo está más interesado por la sustancia de sus propuestas que por etiqueta de identificación. Como bien resumen nuestros autores, el esfuerzo puede verse como un intento de síntesis hegeliana entre lo mejor de la psiquiatría clínica y las aportaciones antipsiquiátricas del siglo pasado (principalmente las basaglianas) que viven un cierto resurgir en estas primeras décadas del siglo XXI.
Otra aportación muy de agradecer es el sagaz y sugerente despliegue de apertura y aproximación a tan sesudas reflexiones, que nos ofrecen desde unas jugosas observaciones literarias, siguiendo en este caso la estela de Clare (Psychiatry in Dissent, 1980) y de Sanjuán (2003) en una viñeta formulación del caso de la psiquiatría como paciente (a cuya lúcida ironía he recurrido en varias presentaciones), y siguiendo con Monte Miseria, caricatura de la dimensión más falsaria de la profesión y sus estragos en pacientes, profesionales y en el imaginario social. Y siguiendo por los escarceos de Horacio y la Maga en La Rayuela del París de Cortázar, haciendo gala los autores de una artesanía creativa conceptual muy alejada de cualquier improvisación.
Amaia Vispe y Jose García-Valdecasas nos guían en el proceso de desvelamiento de tantas falacias, medias verdades o meras hipótesis elevadas a dogmas, de las que están plagadas nuestras disciplinas, recurriendo tanto a revisiones bibliográficas exhaustivas (como es el caso de la reconsideración crítica de la psicofarmacologización de la clínica) como en la indagación histórica, filosófica (revolviendo en los fundamentos epistemológicos) o sociológica y política, sin escurrir el bulto de nuestra contradictoria posición entre las prácticas liberadoras (que deseamos y proclamamos) y las coercitivas, que practicamos con tan mala conciencia.
Los autores se emplean a fondo en la crítica, precisa, rigurosa, al llamado con todo fundamento el modelo tecnológico-biocomercial de la psiquiatría siguiendo los estudios internacionales más relevantes (Joanna Moncrieff, de nuevo a la cabeza)… Y todo esto contextualizado en un fondo reflexivo que no rehúye los aspectos cruciales de la filosofía, incluyendo desde las controversias epistemológicas a las feministas -los autores dialogan con Kant, Kuhn, Foucault, Lyotard- y las psicopatológicas -Colina, Álvarez…- , que no tienen desperdicio. Se agradece su habilidad para tejer textos que se forjan entre la utopía y el realismo ilustrado, en línea con esa “resistencia creativa e ilustrada”, tan valorada y reclamada en nuestro contexto AEN, como nuestra mejor brújula para mantener la ruta, a pesar de las opacidades engañosas de tanta turbulencia gestora de lo psico.
Aunque el libro interesa al conjunto de las profesiones de lo mental, me parece que habrá de ser un referente nuclear especialmente para la generación de los profesionales que iniciaron su formación en plena desinstitucionalización (con todos sus avatares, logros y desatinos) que rápidamente se vio desbordada por las arremetidas neoliberales y su enorme impacto en nuestras prácticas.
En definitiva, este libro postpsiquiátrico es el mejor antídoto para tanta posverdad que nos acecha, y para seguir buena ruta. Un libro imprescindible.
Mariano Hernández Monsalve
Madrid – febrero 2018
Por otra parte, Jorge L. Tizón nos brindó también un texto sobre nuestra obra que, como el anterior, nos llena de orgullo y no estamos muy seguros de merecer. Esta es su reseña de nuestro libro:
A propósito de “Postpsiquiatría”, textos para prácticas y teorías pospsiquiátricas, de Amaia Vispe y José G.-Valdecasas.
Jorge L. Tizón[1]
Para los que éramos habituales seguidores de su brillante blog, organizado y mantenido durante años, es un motivo de alegría e interés poder recibir este libro. En primer lugar, porque supone una continuidad en el serio, documentado y crítico trabajo que comenzaron ya hace años y que algunos sólo les hemos podido seguir en la distancia, sin conocimiento directo, por interés teórico y profesional exclusivamente. En segundo lugar, porque espero que aumente la difusión de sus y nuestras perspectivas psiquiátricas y psicopatológicas, hoy tan contrapuestas con las perspectivas “biocomerciales” y “neoliberales” de las mismas. Pero en tercer lugar, no quiero dejar de mencionar un interés suplementario más de este libro, del blog homónimo y, en general, de los trabajos de Amaia y Jose: Hace unos decenios, un poeta y revolucionario hoy ampliamente criticado (y probablemente con razón, con millones de razones), pero que colaboró en que su país diera un salto de siglos en salud, educación, equidad y organización social, lanzó una consigna en tres palabras: “Rojo y competente”.
Esa es una característica que, al menos en la distancia, más aprecio de Amaia y Jose. “Críticos y competentes”. Como desconozco sus antecedentes, amistades, filias y pertenencias, salvo en lo psiquiátrico, creo que estoy en posición a valorar con cierta objetividad esas capacidades suyas, tan visibles en su libro. Críticos y competentes. Durante años nos han proporcionado, a veces no sólo en su blog, sino de forma personal y desinteresada, datos, artículos, resúmenes, puntos de vista e ilustraciones sobre diversos aspectos de nuestras disciplinas de trabajo, pero siempre presididas por esos dos componentes: una actitud crítica, pero con un punto de vista ilustrado.
Esa actitud vuelve a manifestarse en su libro y en la organización del mismo. A diferencia de otras muchas posturas críticas en el campo de los servicios comunitarios, ellos sí creen necesario el replanteamiento teórico, e incluso epistemológico, de nuestras disciplinas. Nos muestran ya desde el índice de su libro que vale la pena, que es imprescindible que la reflexión crítica no esté basada tan solo en experiencias teorizadas parcialmente, sino que vaya arquitrabándose, organizándose, en una perspectiva teórica renovadora de nuestras disciplinas, y en una perspectiva epistemológica estructural, culturalmente enclavada y constructivista-construccionista. Algunos pensamos que sólo mediante esa triple confluencia, entre prácticas profundas, sostenidas y autogestionadas, con una apoyatura en enfoques y datos procedentes de estudios empíricos y clínicos, y con un replanteamiento teórico y epistemológico serio, sólo con esa triple confluencia estaremos en posición de revertir el actual dominio imperial e imperialista de la orientación “biocomercial” en nuestras disciplinas. En esas estamos. Y para ello, trabajos y aportaciones como las de Amaia y Jose son una inestimable ayuda, soporte y fuente de datos y perspectivas. Bienvenidos a su lectura. ¡Que ustedes lo pasen bien!
[1] Jorge L. Tizón es psiquiatra y neurólogo, psicólogo y psicoanalista (SEP-IPA). Fundador y Ex -Director de las Unidades de Salud Mental de adultos, niños, adicciones, TMG e Investigación de “Sant Martí-La Mina” (Barcelona) y del “Equipo de Prevención en Salud Mental y Atención Precoz a los Pacientes en Riesgo de Psicosis” (EAPPP, de la Atención Primaria de Salud de Barcelona). Además, ha trabajado como Médico de Cabecera del Institut Catalá de la Salut, y está habilitado específicamente para ejercer como Médico de Medicina General de los Servicios Nacionales de Salud de la Unión Europea. Profesor de la Universitat Ramon Llull (Barcelona).