Recientemente tuvimos el placer de estar en las Jornadas de la Asociación Madrileña de Salud Mental, perteneciente a la Asociación Española de Neuropsiquiatría y, en nuestra opinión, ejemplo sin duda a seguir de cómo hacer bien las cosas desde el punto de vista asociativo en Salud Mental: un blog actualizado con multitud de documentos interesantes, una revista vital y transgresora en la que hemos tenido el honor de publicar un trabajo nuestro y unas Jornadas anuales con ponentes del máximo prestigio (Joanna Moncrieff, Philip Thomas, David Healy, David Pilgrim…). Y todo ello sin necesidad de ninguna financiación por parte de la desinteresada industria farmacéutica, aunque sin duda con no poco trabajo por parte de los organizadores. Quedando demostrado que se puede ser independiente incluso a nivel de funcionamiento de asociación y de realización de actos científicos. Posiblemente más incómodo pero sin duda bastante más ético (y estético, por qué no decirlo).
El caso es que en dichas Jornadas, presentamos una comunicación oral sobre uno de los temas que más nos interesa, las personas (para las que trabajamos y a las que atendemos), preparada junto a compañeras de trabajo con las que compartimos una misma visión, un buen equipo y la convicción plena de que otra manera de trabajar es posible (que para los momentos en los que vivimos, no es poca cosa). Gracias compañeras. Dejamos a continuación el texto de dicha comunicación y, en rigurosa exclusiva, el vídeo completo de la misma:
TRABAJAR HACIENDO POSIBLE LO IMPOSIBLE
Introducción
Venimos a hablarles de cosas importantes. En esta comunicación NO vamos a explicar el recurso comunitario donde trabajamos, si no que queremos explicar nuestra filosofía de trabajo, la forma que tenemos de "mirar" a las personas para las que trabajamos.
En primer lugar vamos a exponer cómo se construye un "paciente imposible" para después explicar nuestra manera de "mirar" y de intervenir. A continuación expondremos las IDEAS que nos llevan hacia el "paciente imposible" (seguro que les resultan familiares).
Ideas Imposibilitadoras
- "Nunca se recuperarán de un Trastorno Mental Grave"
- "No hay nada que puedan hacer por símismos"
- "No pueden hacer ningún cambio significativo respecto a sus problemas o sus vidas"
- "Necesitarán ser medicados para el resto de su vida"
Ideas Invalidantes y Desautorizadoras
- "Los clientes y sus familias no saben NADA acerca del Trastorno Mental Grave, necesitando ser adiestrados por expertos en Salud Mental"
- "Los Trastornos Mentales Graves son exclusivamente trastornos cerebrales y el único remedio efectivo es la toma de medicación de por vida"
- "Los profesionales sabemos lo que conviene hacer al paciente o a su familia respecto a múltiples aspectos de sus vidas"
Ideas Culpabilizantes
- "La familia ha causado el Trastorno Mental Grave"
- "Los pacientes y su familia presentan resistencias"
- "Los pacientes representan papeles y realmente no quieren cambiar"
- "Algunos actos de los pacientes son búsqueda y demanda de atención"
- "Algunos actos de los pacientes son manipulaciones en busca de beneficio"
Ideas Desresponsabilizadoras
- "Las personas enfermas son incapaces de controlar o cambiar su conducta"
- "La conducta del paciente queda determinada por el Trastorno Mental Grave"
(Chema Rodríguez de Castro)
Una vez en marcha la expectativa de que algo va a resultar difícil, puede ser sorprendentemente inamovible, ya que podemos estar transformando un caso con buenas expectativas en otro totalmente perdido.
El "paciente imposible" es un individuo instalado en nuestra compasión, atrapado en sus quejase inmune a procedimientos y técnicas más sofisticadas.
Cosmovision: nuestra manera de "mirar"
- Trabajamos para supervivientes, para veteranos de las intervenciones psiquiátricas/psicológicas. Trabajamos según las teorías de las personas.
- Nos centramos en los recursos y habilidades de las personas, más que en sus limitaciones. Sabemos que dentro de ellos hay una teoría de cambio que espera ser descubierta. Tienen capacidades innatas para crecer, poseen puntos fuertes, habilidades, recursos e ideas.
- Los vemos sanos y capaces.
- Admitimos que el cambio en la persona es constante y nos comportamos como sí fuera inevitable y contagioso.
- Creemos que cada unos de ellos tiene una forma única de cooperar, y que nuestra tarea es identificar y utilizar esa manera de cooperación.
- Pensamos que es importante reconocer y validar lo que la persona ha estado pensando y sintiendo.
- Aprovechamos los periodos libres de problema porque estos también existen.
- Vemos al psiquiatrizando como un héroe en el "drama de la terapia" y creemos, que no sólo dispone de todo lo necesario para resolver sus problemas, sino que puede que haya empezado a hacerlo o tenga una buena idea de cómo conseguirlo.
- Sabemos que la persona desmotivada no existe.
Cambio: nuestra manera de intervenir
- No tenemos prisa.
- Identificamos a la persona como la parte más importante del proceso de cambio.
- Destacamos de la persona sus fuerzas y habilidades, por encima de sus deficit y debilidades.
- Exploramos su mundo, descubriendo nuevas posibilidades, haciendo posible lo imposible. Validar hace que lo imposible se convierta en probable.
- Hacemos sitio a los recursos e ideas de las personas.
- Respondemos con flexibilidad.
- Mantenemos una mente fresca, como de principiante.
- Somos cálidas, mostramos interés, nos implicamos y tenemos actitud de ayuda....pero, no somos las POM POM GIRLS.
- No hacemos ningún intento de negar la realidad, la tomamos como auténtica, porque sabemos que no necesitamos ser un policía de la realidad.
- Tomamos con reserva las notas o informes clínicos de otros terapeutas. Sabemos que es mejor acercarse a la persona sin ideas preconcebidas, atentos a nuevas oportunidades.
- Nosotras no entrevistamos, conversamos, porque la conversación predispone al otro para la participación en su proceso.
- Sabemos que somos los que sugerimos y la persona, la que elige.
Conclusión
Con los veteranos es crucial ir más allá de las etiquetas diagnósticas, porque detrás de cada una de ellas se esconde una invalidación, y ésta, cuando se hace crónica, se convierte en imposibilidad.
El arma más potente para superar la imposibilidad es la creencia de que puede hacerse. Esta convicción o expectativa de éxito se manifiesta en nuestra confianza en la persona y en la inagotable fe en la alianza terapéutica.